martes, 20 de febrero de 2007

UNA COLABORACIÓN
DEL PROGRAMA ECOMAR
Y EL CEBSE

Datos sobre las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae)
de la Bahía de Samaná, República Dominicana

Liliana Betancourt-Fernández y Alejandro Herrera-Moreno

RESUMEN. Para el área de observación de ballenas jorobadas de la Bahía de Samaná se presenta el modelaje batimétrico como base descriptiva de la topografía submarina, resaltando accidentes topográficos como el Hueco de las Ballenas y el Banco Canadaiqua, de relevancia para la distribución de las ballenas. Se ofrece además una caracterización oceanográfica con información obtenida desde el Velero Escuela Corwith Cramer sobre la distribución horizontal y vertical de variables oceanográficas, sistema de vientos y patrones de oleaje durante los meses de la temporada reproductiva. Asimismo, se exponen y discuten datos sobre distribución, uso del hábitat, grupos sociales, abundancia relativa y fotoidentificación de las ballenas jorobadas en la Bahía de Samaná, obtenidos entre enero y marzo de los años 2004, 2005 y 2006, a bordo de embarcaciones turísticas comerciales de observación de ballenas.

En los tres años se realizaron 1,333 avistamientos con 3,044 ballenas, en 667 salidas. Estos datos revelan claros patrones de variación en la distribución espacial quincenal durante los tres meses de temporada. A finales de enero y marzo los avistamientos están dispersos y se ubican más hacia la boca de la bahía y la región oceánica, en correspondencia con el arribo y partida de las ballenas, respectivamente; mientras que en febrero se concentran más dentro de la bahía, sobrepasando la altura de Cayo Levantado. No obstante, el área de mayor concentración de ballenas se mantiene sobre el Banco Canadaiqua, sobre y al Sur del Hueco de las Ballenas y al Este de Cayo Levantado, donde se realizó el 80% de todos los avistamientos. Al comparar casi dos décadas de datos, desde 1988 al presente, se revela que las ballenas jorobadas han continuado visitando la Bahía de Samaná y usando el mismo espacio de agregación en el mismo tiempo, reafirmando así su importancia como área reproductiva de la región Atlántica y Caribeña.

En todas las temporadas los grupos sociales dominantes fueron parejas, madres con ballenatos, solitarios y grupos competitivos. Ello refleja más el patrón de la propia observación de ballenas -que sesga las proporciones de los grupos por selectividad- que su composición natural. La distribución por grupos revela que aquellos con presencia de ballenato tienen mayor número de avistamientos dentro de la bahía que en la región oceánica, con madres y ballenatos ocupando las posiciones más internas y de menor profundidad.

Los estimados de la abundancia relativa, estandarizando los datos quincenales por salida para todos los barcos, revelan que el 2004 fue un año de mayor abundancia que el 2005. Para el 2004 se estimaron entre 1.88 a 4.15 avistamientos/salida y entre 4.42 a 8.81 ballenas/salida, con un pico en la primera quincena de febrero. Para el 2005 se estimaron entre 1.17 a 2.58 avistamientos/ salida y entre 2.44 y 6.00 ballenas/salida, con un pico en la segunda quincena de febrero. Cuando se estima la abundancia considerando solamente los datos diarios del Barco Victoria II, estandarizados por hora, se observan también diferencias interanuales entre el 2004 y el 2005, que son estadísticamente significativas. En el 2004 el número de avistamientos/hora promedió 0.85, con máximo y mínimo, respectivo, de 1.70 y 0.20, mientras que en el 2005, el promedio fue 0.66, el máximo 1.45 y el mínimo 0.19. Como tendencia, la abundancia relativa tiene una relación parabólica con el tiempo de temporada. Se confirma que la abundancia está sujeta a variaciones estacionales y anuales, tal y como se ha reportado para otras áreas reproductivas. Los datos aquí presentados amplían el intervalo temporal de los avistamientos hasta el final de la temporada reproductiva y extienden el rango de distribución espacial de los avistamientos hacia áreas no reportadas previamente. Los resultados preliminares de la fotoidentificación y reavistamiento arrojan valores de ocurrencia de dos a tres días y de uno a treinta días de ocupación. El presente trabajo resalta la importancia de las plataformas comerciales de observación para obtener información permanente de valor descriptivo y predictivo acerca de la situación espacio-temporal de las ballenas jorobadas en Áreas Protegidas Marinas.